El 6 de mayo, en la segunda parte de la sesión extraordinaria fijada para ese día, se presentó al pleno de la Academia el retrato de don José Victorino Lastarria (1817-1888), fundador y primer director de la Academia Chilena de la Lengua, y que fuera abogado, catedrático, ensayista, historiador, memorialista, periodista, diplomático, político, parlamentario y ministro de Estado. En la ocasión se contó con la presencia de familiares descendientes de D. José Victorino Lastarria, como las bisnietas D.ª Isabel, D.ª Laura, D.ª Pilar y D.ª Ximena Romaní Cañas, hijas de D.ª Laura Cañas Lastarria, además de los tataranietos D. Nicolás Cobo y D.ª Paula Jullian. Fue esta última, profesora de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien tomó contacto con la Academia y con quien se sostuvieron las primeras conversaciones relativas a la donación de tan valioso óleo.

El director, D. Alfredo Matus, después de manifestar a la familia la profunda gratitud de la Academia por este obsequio, leyó algunos párrafos del peritaje a que fue sometido el cuadro atribuido, en un principio, al pintor francés Raymond Monvoisin (1790-1890). Explicó que a la Academia le interesa, por sobre todo, la espiritualidad, el sentido y la significancia del retrato. Al ofrecer la palabra, las bisnietas de Lastarria comentaron que se sentían sumamente honradas por el hecho de que el cuadro pasara a estar en poder de la Academia, y expresaron su alegría y satisfacción por haber tomado la decisión de donarlo.

D. Nicolás Cobo, por su parte, destacó su interés por el personaje, que fue el primer embajador de Chile en Brasil, que escribió la primera novela que se publicó en Chile y que tuvo una participación relevante en temas religiosos y educacionales. Como anécdota, contó que el agujero que presentaba la tela en la mano del retratado fue producido por una bala que le dispararon en los disturbios de la revolución de 1891.

El director añadió que Lastarria fue discípulo de D. Andrés Bello. A continuación, leyó en forma textual parte del acta de la primera sesión de la Academia, celebrada el 5 de junio de 1885, concluyendo que el cuadro donado por los familiares de D. José Victorino Lastarria rememora la historia de la Academia y le hace reconstruir sus ideales, que han sido y se han mantenido inalterables.