Incorporación de D. Carlos González Vergara como académico correspondiente por Santiago

El lunes 7 de mayo de 2012, a las 19.00 h, se realizó la sesión pública y solemne con que la Academia Chilena de la Lengua recibió como miembro correspondiente por Santiago a D. Carlos González Vergara, gramático y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien pronunció el discurso titulado «Tres razones para un cambio».

D. Carlos González se refirió a la ortografía y planteó varias razones para hacer cambios en ella. Explicó que las reglas ortográficas están dadas por las academias de la lengua, que tienen la responsabilidad de dar a los hablantes del español el mejor sistema de escritura posible. Señaló que la Academia Chilena de la Lengua ha sido siempre impulsora de los mayores cambios y de los mejores proyectos que se han formado en el seno de las academias de la lengua, e invitó a sus ya colegas académicos a volver a actuar con esa valentía ante el desafío de la reforma ortográfica. Terminó agradeciendo a la Academia por esta honrosa designación, y rindiendo un homenaje personal a los académicos D. Antonio Arbea, D.ª Marcela Oyanedel y D. José Luis Samaniego, quienes han sido sus profesores y, actualmente, sus colegas y amigos.

A continuación, el director procedió a entregar a D. Carlos González la insignia de la Corporación y el diploma que lo acredita como correspondiente.

El Sr. Arbea hizo un repaso del currículo del nuevo académico, en el que destacó su tesis doctoral, por la que fue candidato al Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad Complutense de Madrid, donde realizó sus estudios de doctorado; su incorporación como docente e investigador al Departamento de Ciencias del Lenguaje de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile; la realización de un proyecto Fondecyt de Iniciación en la Investigación, titulado «Formas gramaticales de expresión de la evidencia en el español de Chile»; y la dirección de la revista Onomázein. Citó, además, algunos de sus artículos, conferencias y ponencias. Para terminar destacó la auténtica vocación lingüística del nuevo académico, la que este concibe como parte de la vida cotidiana y para quien la cultura debe proyectarse sobre la vida entera del hombre y comprometerse en la tarea de afirmar con intransigencia el valor absoluto de la dignidad humana.